¡ Felicidad, alegría, orgullo, satisfacción...!
¡Cuántos calificativos se agolpan ahora
en mi mente que quisiera expresar!, pero el hecho de celebrar el XXV
Aniversario de nuestro colegio como tal, el que volvamos a reunirnos hoy de
nuevo, superan todos esos epítetos.
Pero, conmemorar los 25 años del Colegio no
debe quedar como una simple anécdota, como el mero hecho de
llevar a cabo un Programa confeccionado con una serie de actividades y
ponencias. Que se cumple con mayor o menor acierto, y ahí queda...
Celebrar este 25 cumpleaños es echar una mirada
atrás para recordar sus inicios, las trabas
que hubo que superar, los objetivos que entonces nos
propusimos, los pilares básicos educativos aplicados; y reflexionar
sobre los logros conseguidos.
Reconocer las ilusiones y la constancia
que toda nuestra comunidad educativa aportó para que ello fuera posible, pues
olvidar el esfuerzo de tantos y tantos como lo hicieron sería injusto.
De ese modo, el proyecto
iniciado en aquel 1989 se ha hecho realidad a
lo largo de estos años, prueba de que nuestra organización sigue viva gracias
a la fortaleza aportada gradualmente por todos los que por
aquí hemos pasado.
Pero este acto también es idóneo para recargar
nuevas energías de cara a tiempos venideros, porque nuestro colegio es
cierto que tuvo un pasado, del que nos sentimos orgullosos y
al que estamos haciendo mención reiteradamente; pero es evidente que ahora es presente;
y tendrá el futuro que nosotros y los que nos sucedan queramos
continuar labrando la Historia venidera.
Como decía Domingo, el Almanzor ya es Historia;
y, como acabo de decir, lo seguirá siendo. Pero esta Historia que hoy
celebramos la forjaron un centenar de profesores y casi un millar de alumnos
que pasaron por sus aulas, que contaron siempre con el apoyo de las diferentes
instituciones -tanto a nivel local como regional-, la colaboración del AMPA y
el trabajo del numeroso personal laboral que en estos años complementaron
nuestra labor dentro o fuera del aula.
De ese modo hemos intentado que nuestros alumnos
hayan conseguido una auténtica formación, tanto cultural como
humana. Muchos de ellos, adultos hoy, incluso varios ya con hijos en el centro,
son los que mejor pueden justificar estas palabras.
Por desgracia, algunos de los protagonistas de
esta Historia -maestros, alumnos y padres- se marcharon para siempre
(en nuestras mentes brotan ahora el nombre de ellos...), a los que enviamos un
cariñoso recuerdo y agradecimiento, porque estoy segura que desde arriba nos
estarán ahora escuchando y participando en este emocionante acto.
Por eso, a todos ellos, ausentes y presentes, gracias
de todo corazón en nombre del equipo directivo al que tengo el honor de
representar: por vuestra asistencia y por vuestra actuación en y para el
Centro.
Y ya, para finalizar, ya sólo me queda citaros
para la próxima convocatoria en que volvamos a reunirnos con éste o similar
objetivo, que esperamos sea más pronto que tarde.
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